Uno de los espacios de la oficina más sensibles a la hora de la limpieza es las zonas comunes. Es allí donde son mayores los mayores riesgos de transmisión de enfermedad si hay un descuido de higiene en las instalaciones. Para evitar consecuencias desagradables en este aspecto que pueden repercutir en la imagen interna y externa de nuestra firma, e incluso llevarnos a negativas consecuencias económicas, debemos intensificar nuestra atención en la limpieza de esta zona. Presta atención a recepción, baños y las propias oficinas con una limpieza diaria.
- Asegúrate de que los encargados de la tarea usan una protección adecuada para realizar la limpieza: guantes, gafas de seguridad y mascarillas, algunos productos pueden producir intoxicaciones, erupciones o reacciones de todo tipo. Es muy importante también dominar cada producto que se usa, habiendo leído las instrucciones y siguiendo las sugerencias y aspectos importantes para un uso correcto que evite incidencias. Sigue las recomendaciones del fabricante en su manejo, no mezcles productos a lo loco porque su reacción puede ser muy peligrosa. No olvides ventilar los espacios si usas productos químicos especializados que puedan resultar inflamables y tóxicos, sus vapores pueden incluso llevar a la muerte
- Ten cuidado con cualquier tipo de maquinaria, aparato o y dispositivo electrónico durante la limpieza de las zonas comunes, puede ocurrir una tragedia al entrar en contacto con algún producto, que derive en pérdidas económicas.
- No olvides limpiar con frecuencia sobre todo superficies en contacto constantemente con las manos como mostradores y puertas, sillas de oficina, escritorios, interruptores… son fuente permanente de contagio de todo tipo de enfermedades.
- Usa productos de desinfección más específicos y efectivos para esta zona de cara a una limpieza más profunda que elimine todo tipo de gérmenes.
- Y por último, no olvides evitar el acúmulo de basura, que puede ser causante de enfermedades laborales.
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