Muchos de nosotros nos enfrentamos al día de la limpieza como un castigo. Para tener la casa limpia y en orden vamos a ofrecerte algunos detalles que seguro que te van a ser muy útiles. Por supuesto que un hogar sucio no es ni higiénico ni confortable y dejar su adecentamiento eternamente para mañana no es una buena idea. Volver a vivir en un clima de orden y limpieza requiere de esfuerzo, pero también de astucia y previsión. Ante todo, recomendamos no hacer maratones de limpieza de horas ya que aborrecerás su llegada y no serán efectivos, mejor una buena planificación. Esas palizas de lejía o jabón son desmotivadoras y poco sostenibles en el tiempo. Recuerda que, de entrada, para obtener ese mágico olor a limpio en tu hogar debes ventilar la casa regularmente. A diario los dormitorios y el resto de habitaciones mientras te encuentras en ellas a primera hora de la mañana. Con diez minutos es suficiente.
- Haz la cama a diario. Ese detalle hará que la casa parezca más limpia y ordenada, y esa percepción te va ayudar a no agobiarte con la limpieza. Estirar y colocar bien las sábanas o el edredón es un hábito que cuando llegues cansado por la noche vas a agradecer.
- Intenta que cuando salgas de casa la cocina esté lo más recogida posible. Cuando regreses del trabajo vas a encontrarte mucho más a gusto y relajado sin recibir esa imagen de caos como recordatorio nada más entrar. No salgas por la puerta de la cocina hasta dejarla en orden. Apreciarás la diferencia al regresar, cuando vuelvas saturado del trabajo y no te tengas que poner a recoger o a fregar para poder prepararte la cena. Para evitar tener que fregar constantemente la cocina puedes disponer de una alfombra delante de la hornilla que evitará que las salpicaduras al cocinar mancillen tu brillante locería. Friega los platos de inmediato cuando cocines. Acumular platos y vasos en el fregadero es una imagen apocalíptica que no va ayudar a trasmitirte que tu casa está limpia. Además, va a producir malos olores que empeorarán la situación. Lava los platos tras cada comida, y recoge la mesa siempre, evitando que se apilen utensilios en la cocina o el salón. Verás como el ambiente de tu hogar cambia.
- Otro punto de atención para nuestra limpieza es el baño y sus elementos, como el espejo, la mampara o los grifos. Procura pasar un paño de microfibra y una escobilla de goma para repasar en un momento cristales y grifería después de la ducha o de usar el lavabo. Vas a evitar que las gotas de cal se instales incrusten en ellos.
- Presta atención directa a tu nevera, un elemento al que visitamos habitualmente y que requiere de mantenimiento de limpieza constante para estar a punto Un frigorífico sucio es un nido de problemas, además de corroerte la moral cada vez que lo abres. Has revisiones constantes de los productos para comprobar que no están caducados o en mal estado. Tan importantes como las baldas son los estantes y cajones, naturales acumuladores de suciedad. Te ayudará poner un papel en los cajones de la nevera.
- Limpia y ordena a la vez, ya que harás el doble de trabajo en casi la mitad de tiempo y tu hogar lucirá limpio y ordenado. Esta tarea será más fácil si no andas esparciendo desorden por las estancias y eres precavido y consciente de que no se van a recolocar solas.
- Recoge y guarda la ropa, no la esparzas por dodo el mobiliario o la dejes tirada por el suelo. Si ordenas conforme la usas será más llevadero que recoger montones de ella. Además, habrá algunas prendas que no necesiten un planchado y se habrán arrugado o incluso manchado.
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